Cuando llega el frío, hay platos que apetecen más que otros. Platos que reconfortan, que se comen despacio y que saben a cocina hecha con tiempo. La carrillera de ternera es uno de ellos, un clásico del recetario tradicional que cada invierno vuelve a ocupar su lugar en la mesa.
En Palma, la carrillera se ha convertido en una de esas elecciones seguras para quienes buscan sabor, textura y una experiencia que va más allá de comer rápido.
Por qué la carrillera es el plato perfecto para el invierno
La carrillera es un corte humilde que, bien trabajado, se transforma en un plato lleno de matices. Cocinada a fuego lento, la carne queda melosa, jugosa y profundamente sabrosa, gracias a una cocción larga que respeta el producto y potencia su jugo natural.
Es un plato que invita a parar, a disfrutar sin prisas y a acompañar la comida con conversación. Justo lo que apetece cuando bajan las temperaturas.
Carrillera de ternera en su jugo con puré de patata trufado
En La Vasca, la carrillera se presenta como Carrillera de ternera en su jugo con puré de patata trufado.
Una combinación equilibrada, donde la intensidad de la carne se acompaña de un puré suave y aromático que redondea el plato sin robarle protagonismo.
El resultado es un plato reconfortante, elegante y muy de invierno, pensado para disfrutar con calma y sin artificios.
Precio: 24 €
Un plato que encaja con la cocina de siempre
La carrillera conecta directamente con la cocina tradicional, esa que pone el producto y el tiempo en el centro. No es un plato de moda ni necesita reinventarse cada temporada. Funciona porque es honesto, porque está bien hecho y porque sigue teniendo sentido hoy.
Por eso, sigue siendo una de las elecciones favoritas cuando se busca comer bien en invierno, tanto para una comida tranquila entre semana como para una ocasión especial.
Dónde comer carrillera de ternera en Palma
Si buscas carrillera de ternera en Palma, este plato forma parte de la carta de La Vasca, un espacio donde la cocina tradicional y el respeto por el producto siguen marcando el ritmo.
Un plato para los días fríos, para comer despacio y para recordar por qué hay recetas que nunca pasan de moda.




